“Un caballo apareció de improvisto galopando velozmente camino abajo.
Parecía como si el jinete tuviese que ir a algún lugar importante.
Otro hombre, que se encontraba en el camino, gritó: ‘¿Dónde vas?’
y el hombre en el caballo contestó: ‘¡No lo sé! ¡Pregúntale al caballo!'”
Cuento zen